por Guadalupe C. Gómez-Aguado de Alba En el México decimonónico se consideró que era viejo o vieja quien ya no tenía fuerza para seguir realizando actividades productivas o quien necesitaba cuidados por el deterioro debido a la edad. Si bien los 60 años se consideraron el umbral de la vejez, en la época preindustrial el proceso de envejecimiento fue prematuro si se compara con la sociedad contemporánea.


